Collector's Series DIY: Soulfly: Spain tour recaló en la sala Eventual de Málaga. 29 julio 2018.

Soulfly: Spain tour recaló en la sala Eventual de Málaga. 29 julio 2018.

Los aficionados al metal por la zona Sur, necesitaban urgentemente que una gira histórica como la de Soulfly recalara en la capital costasoleña. Un evento que movilizó a un gran número de público amantes de los sonidos más extremos del metal y ligados al hardcore o al death metal. En la fiesta que protagonizó la banda estadounidense liderada por el carismático Max Cavalera, otrora fundador de Sepultura, le acompañarían de manera fenomenal invitados de excepción, como las bandas locales Verdugo y Chaos Before Gea, cuyo directo y puesta en escena de alto voltaje estuvo a la altura de la ocasión, dejando destellos de gran calidad.

Nada más llegar al “rockero” polígono de San Luis y más concretamente, a la calle Cuernavaca, en donde se ubica la sala Eventual Music, se podía apreciar el gran ambiente y expectación que había despertado la gira española, como parte de la gran gira mundial que está llevando a cabo Soulfly por todo el globo. Por la gran cantidad de aficionados a los ritmos más duros, que hacían largas colas, para poder presenciar el evento referido, con un gran bus de gira de Soulfly presidiendo la antesala de un bolo histórico. Los días elegidos para tal minigira, comenzaron el sábado 28 de julio en Madrid, le seguía precisamente Málaga, en este calurosísimo domingo 29 de julio, con el temido terral, como el otro gran protagonista de la jornada, y que para nada deslució la masiva congregación de headbangers, botas militares y camisetas negras, como mandan los cánones. Menuda fiesta se nos venía encima y las que vendrían después en las plazas de Alicante y Barcelona, los siguientes días de gira, 30 y 31 de julio.

Verdugo abrió contundentemente, como lo es su estilo hardcore metal con alguna que otra influencia quizás death, en donde mientras nos íbamos ubicando en el recinto y preparándonos para posteriores refrigerios, a la par que no perdíamos puntada de los temas en directo pertenecientes a su aguerrido y bien producido disco de homónimo título y en donde destacan temas como “Metralla” “Elige tu muerte” o “Mi Barrio”. Además, de algún que otro tema inédito aún por publicar.

Para no ir a la zaga, Chaos Before Gea, también dio un contundente espectáculo en vivo, apoyado en sus contrastadas tablas y grandes trabajos discográficos firmados hasta la fecha, el más reciente, “Chronos” (2018). Perteneciente a la trilogía de tintes mitológicos, en las que precedieron los discos “Erebo” (2013) y “Khàron” (2015), haciendo referencia directa no sólo a nivel conceptual, de los temas y discos referidos, sino a elementos que conforman el propio nombre de la banda Chaos, Gea. Y es que ese halo mítico y simbólico que ha desarrollado la banda alrededor de sus composiciones y puesta en escena, engrandece aún más su propuesta artística, entorno a la parte más oscura del universal legado griego. Su técnica y pericia instrumental lució de manera espectacular, dando rienda suelta a sus grandes desarrollos musicales en onda metalcore con ciertos toques progresivos.

Tras las fenomenales descargas de los grupos encargados de hacer de teloneros y los típicos preparativos de los técnicos, para que toda la actuación de Soulfly luciera como merecía la ocasión. Por fin, el roadie de la banda dio el visto bueno al técnico de la sala en la mesa, y el bélico escenario con atrezzo de camuflaje comenzó a vibrar por la gran apertura del line up actual de Soulfly que lidera cantando y tocando la guitarra fenomenalmente Max Cavalera y que se hace acompañar por su hijo Zyon Cavalera a las baquetas y tambores, Mike Leon al bajo y el tremendo guitarra solista Marc Rizzo, antiguo componente de otra gran banda con raíces sudamericanas Ill Niño o la histórica banda de su propia ciudad natal, New Jersey: Misfits. Abrieron con temas muy contundentes a la par que imprescindibles en la discografía del grupo, como “Frontlines” o “Prophecy”. Por lo que el show prometía y precisamente, a los músicos se les vieron en todo momento muy entregados en todas y cada una de las fases de la actuación. La banda procedente de Phoenix, Arizona, desplegó su característico metal con influencias tribales brasileñas y un Max muy motivado y con muy buena actitud, llegando a dirigirse al público presente en multitud de ocasiones en español e incluso cantando algunos que otros estribillos en la lengua de Cervantes. Como fue el caso del tema “Fire” reescrito en su estribillo para la ocasión como “Fuego” y que enlazaron con “Porrada”.

Tras el primer bloque a modo de vendaval sónico, seguirían temas imprescindibles del grupo como “B.F.W.H.” o “Rise of the fallen”, justo antes de presentar en sociedad un nuevo tema de adelanto de su próximo álbum aún en preparación, titulado “Summoning”.

De nuevo, le tocaría el turno a un par de temas contenidos en su día en el prolífico álbum “Prophecy”: “Mars” para lucimiento en el solo de guitarra del virtuoso Marc Rizzo, dando rienda suelta a sus dotes como guitarrista no sólo especializado en el campo del heavy metal, sino haciendo incursiones en estilos como el flamenco; el otro tema emblemático de dicho disco referido sería “No hope = no fear”. Para luego seguir con “Downstroy” y tras un corto solo de guitarra instrumental, se sucederían los temas “Bleed” y “Plata y plomo”, con Max luciendo orgulloso una camiseta de sus colegas coetáneos Brujería. Con “Tribe” volvieron a recordar el que sería su debut discográfico en 1998. Y precisamente, los 90, tendrían un protagonismo especial, cuando ejecutaron temas como “Wasting away” y “Vai toma no cú” de la banda de thrash metal industrial paralela Nailbomb, que en aquellos tiempos liderara Max Cavalera junto a Alex Newport de Fudge Tunnel y por la que pasarían músicos como D.H. Peligro de Dead Kennedys, Dino Cazares de Fear Factory o su propio hermano y cofundador de Sepultura, Igor Cavalera.

Otro de los momentazos del concierto, fue cuando Max apareció sobre escena con un berimbau, instrumento de cuerda percutida de origen africano, recordando cuando hizo lo propio en la época de Sepultura. Le seguiría la canción “Primitive”, muy apropiada por el momento y clímax logrado.

Para ir acabando dejarían caer “No” también de sus comienzos y para despedirse en la misma línea, los temas “Jump” y “Eye for an eye”. Max se despidió cordialmente del respetable, dejando el protagonismo al resto de la banda, que se marcó un cover de Iron Maiden a modo de despedida, ni más ni menos que una versión muy espídica del tema “The Trooper”. Antes, a lo largo de la actuación habían hecho algo parecido con un tema de Black Sabbath, “Iron Man”. Y con este broche de oro atípico y la posterior aparición conjunta de todos los músicos hermanados en un abrazo terminaron por tirar alguna que otra púa y recuerdos varios a los fans enfervorecidos, a la par que encantados que prácticamente abarrotaron el recinto, en una jornada que prevalecerá como histórica y todo un hito en las descargas y giras internacionales que hayan pasado por la ciudad. En ese aspecto y con los aciagos tiempos que corren para la música, en Málaga, nos pudimos sentir realmente unos privilegiados. Y es que a pesar del mimbre artístico y distintas escenas relacionadas con el rock y sus diferentes vertientes, cada vez van quedando menos salas y locales acondicionados en el centro de la ciudad. Con el cierre del Onda Pasadena, hace unos días, por no decir horas, casi se cierra un círculo maldito, antes nos tocó despedirnos del Velvet Club en su penúltima ubicación céntrica, en calle Comedias, luego reabierto cerca en Covalecientes con una filosofía muy parecida. Y si nos remitimos a bares emblemáticos como Road House o tiendas especializadas en música como Pat o Candilejas, entonces apaga y vámonos. Sirvan desde la modestia y humildad, un sincero y sentido homenaje a todas las personas y colectivos que han contribuido o siguen haciéndolo desde la militancia, para que esto no muera, la música es importantísima para la salud mental, para el espíritu, rock on!