El mejor y más potente formato de ‘Metal Beach Festival’ del Sur de Europa, tronó cálidamente, amenizado con aires del Mediterráneo, para afianzarse: 'Sun & Thunder', 17, 18 y 19 de julio 2025 - Recinto Marenostrum Fuengirola (Málaga). [Parte II]


Tras la estupenda jornada inaugural del evento, en su formato oficial, nos disponíamos a seguir, con las celebraciones del X Aniversario de Marenostrum. Cuyo ciclo de este año 2025, predominaban bastantes nombres importantes, relacionados con el Rock de diversos géneros y de todos los tiempos: Dream Theater, Molotov, Bonnie Tyler, Prodigy, Thirty Seconds to Mars o la exótica y legendaria banda de culto finesa Eppu Normaali.  Poniendo la guinda del pastel, con el cierre de este magnífico festival rockero playero, 'Sun & Thunder', en colaboración y producción conjunta, con la promotora que vela por el estupendo Z! Live Rock Fest de Zamora. Precisamente, de la mano, de la promotora de Z! Live Rock, gestionada magníficamente por Andrés Cid Ledesma, que estuvo siempre presto y en todo momento; muy atento, con el personal de los medios de prensa desplazados al evento. Nos sentimos muy arropados y en permanente comunicación a través de las plataformas digitales, que nos facilitaron en tiempo real y gracias a las cuales, el tono y respuesta en general, de los medios desplazados, fue realmente positivo y hasta colaborativo. Como hacía años, que no presenciaba en un evento multitudinario y en donde está claro, que fuera de manera profesional, vocacional o a nivel de fans, nadie quería perderse ni un ápice, de lo que se estaba ‘cociendo’ (en sentido metafórico y además, de calor soporífero, que no impidió las ganas que había de celebración) en esta imponente primera edición del 'Sun & Thunder Fest'.

Viernes 18 de Julio de 2025

The Electric Alley, fue de las primeras bandas, en poder seguir de cerca su descarga en el ‘Sun Stage’. Ya repuestos del consabido ‘desayuno-luch olímpico’, que nos imprimió nuevas energías, para poder proseguir, con nuestra labor informativa.

El potente Rock Duro, que despliega esta banda andaluza, procedente de las prolíficas tierras gaditanas, que aportaron nombres tan diversos, como excelsos, para el festival de este año. Muy presentes las ornamentaciones y sus influencias, con raíces en los años ‘70. Artistas como Led Zeppelin o The Black Crowes, son parte de la herencia musical, a nivel de sonoridades y riffs. Han girado por el continente europeo y Reino Unido. En 2015, el tema “A Lonely Sun Story”, perteneciente al álbum Get Electrified!; se incluyó, en la banda sonora del cortometraje de animación homónimo. El cual fue nominado y finalista de los Premios Goya de ese mismo año. Con un curriculum tan logrado, como perderse el R&B o Blues, que desprenden sus curtidas guitarras de Southern Rock y Hard Rock. Con voces y coros muy trabajados y un resultado más que satisfactorio, comparable a cualquier banda de corte internacional y de estilos similares. La puesta en escena y presentación de su último álbum, hasta el momento, de título tan sugerente como atractivo para su propuesta musical, ‘Apache’, fue increíble. A pesar, de la falta de público, pero había poca sombra a la que cobijarse y suponemos, que el personal estaría, al igual que nosotros, dosificando fuerzas para este tremendo festival que teníamos entre manos.

Tocaba, ascender por la ladera, hasta el castillo de Sohail y presenciar la descarga, en el ‘Thunder Stage’, de otra magnifica banda gaditana, Sphinx. En una línea más de sonido Heavy Metal clásico y con origen en los comienzos de los ‘90, una dilatada y currada carrera, con enigmático y dramático, paréntesis incluido, les avala. Un legado musical, con grandes discos que estarían muy presentes en su actuación, como ‘Mar de Dioses’ de 2003, ‘Paraíso en la Eternidad’ (2005), ‘Renacer’ (2008), ‘Chronos’ (2013), o el más reciente EP ‘Nada es imposible’ (2024). No es por hacer proselitismo, pero es una de esas formaciones que le coges cariño. Porque, además de buenos músicos, destilan humildad y afán de superación, a pesar de no tener el reconocimiento ‘fácil’ que obtienen otros determinados artistas, sin ninguna meritocracia; y peor aún, sin ningún talento visible en oposición a estos excelentes artistas; que pasen los años, o las décadas, se les resiste incomprensiblemente, al menos desde un plano mucho más ‘mayoritario’, ese denostado éxito. Aunque, sin duda, estos músicos talentosos a la par que luchadores natos, tienen de sobra el reconocimiento a su labrada profesionalidad, el de medios, como para el que suscribo, que no paramos de darle apoyo, ya fuera en forma de incipientes reseñas, o reportajes cuando nos tocó cubrir en festivales como ‘Viña Rock’ o ‘Derrame Rock Festival’, por citar algunos, en los que unos servidores o compañeros del medio, tuvimos el privilegio de constatarlo. Con tantas tablas, adversidades o experiencia acumulada. Este festival con tintes internacionales, se presentaba como un estupendo escaparate y premio a toda una carrera meritoria, llena de obstáculos y vicisitudes de la vida, que no siempre es fácil solventar, para todo el mundo. Y como se suele decir, los problemas, no suelen venir solos. Y por ello, mucho más meritorio, cuando no sopla el viento a favor, esta banda son fiel reflejo y le dan una especial significancia, al término de eternos luchadores. Con el personal e icónico tema antes referido ‘Mar de Dioses’, y también de su primer lanzamiento discográfico homónimo ‘Sphinx’, se despidieron con ‘Ángel sin Piedad’, ante un público entregado y muy fiel a la historia y trayectoria, de unas auténticas leyendas ‘Primogénitos de fe y de la Tormenta’, que hubieran firmado Santa.

La banda finesa, Sonata Arctica, desplegó su característico Power Metal melódico, con grandes dosis de influencias y elementos del Rock Sinfónico y hasta de Neoclásico en el ‘Sun Stage’.  Desde tierras nórdicas, soplaron vientos ‘refrescantes’, tanto metafóricamente, como en la realidad más alternativamente tozuda, al menos en cuanto a decoración y escenografía, que se agradecieron en sobre manera, en las cálidas y tórridas costas, entre la margen de Fuengirola y el comienzo de la costa mijeña, en el corazón de la Costa del Sol. Aportando su faceta más épica, a la par que cañera. Muy influidos, por bandas históricas del género, como Helloween o Nightwish, pronto se ganarían la atención y fervor del público, desde el comienzo de su actuación, hasta el broche final de la misma.

La actuación se apoyaría bastante en el disco clásico de debut de 1999, titulado ‘Ecliptica’. Aunque para abrir boca, no desdeñarían para nada, del último lanzamiento en estudio por el momento, ‘Clear Cold Beyond’, 2024. Ejecutando el tema con el que abre dicho disco, ‘First in Line’.  Realizaron unas soberbias interpretaciones, de los temas ‘I Have a Right’ ('Stones Grow Her Name', 2012) o ‘San Sebastián’ ('Silence', 2001). En donde primaron su depurada técnica musical o caña por un tubo, cuando terciaba. A mediación, tocaron temas del debut discográfico de la prolífica banda del Norte, no tan gélido de Europa. Al menos, en cuanto se refiere, al saber estar sobre las tablas y pasión que le ponen en cada una de sus ejecuciones magistrales, de Power Metal de alto octanaje. Así lo refrendarían, en canciones que ya de por sí, cobran una dimensión de arte distintivas por sí mismas, como: ‘Replica’, ‘My Land’ o ‘FullMoon’.

Tony Kakko sobresalió con sus estupendas facultades vocales en significativos temas rápidos y cañeros como ‘Wolf & Raven’ ('Silence', 2001) o el épico ‘Don't Say a Word’ ('Reckoning Night', 2004). En donde la base rítmica formada por el experimentado batería Tommy Portimo y el bajista Pasi Kauppinen, se desataba endiabladamente, secundando a la afilada hacha de Elias Viljanen, a las seis cuerdas. Mientras, Henrik Klingenberg, el multinstrumentista y polifacético músico, adornaba con bellas melodías, apoyándose en la versatilidad de su ‘portable’ Roland AX Synth.

Para ir finalizando, dejaron de caer todo un clásico, ‘Over the Hills and Far Away’. Quizás, la revisión del tema popular irlandés, que engrosó las primeras posiciones de las listas de éxitos de mediados de los '80, gracias a la pericia de Gary Moore, en la versión más reconocible de sus compatriotas Nightwish. Coreado multitudinariamente por el público asistente, que lo agradeció, por el significado tan especial que tiene este tema, no sólo para el Power Metal, sino el Heavy Metal, que lo adoptó como suyo hace décadas. Concluyó una gran actuación, para ir preparando el cuerpo, para toda una institución en el Heavy y Power Metal, Accept.


Accept tomaron el ‘Sun Stage’. La longeva y legendaria formación alemana, que comenzaron en la segunda mitad de los ‘70. Hasta ir consolidándose en los ‘80, como un grupo histórico y a tener muy en cuenta en la escena metálica internacional. Y a pesar de los cambios habituales, que suelen darse en estos casos, en el ‘line up’ de las distintas formaciones, que dieron vida al grupo durante estos años. Y aunque hubo épocas pasadas, que se echó bastante en falta la característica y rasgada voz de Udo Dirkschneider, supieron sobreponerse. Agrandando su leyenda, no durmiéndose en laureles cosechados en lides pasadas. Publicando trabajos cada vez más interesantes, década tras década y apoyándose especialmente en el carismático guitarrista Wolf Hoffmann y en el magnífico frontman y vocalista desde hace más de 15 años, Mark Tornillo. Quizás, momento de cuando comienza valorarse muchísimo más, esta ‘segunda juventud’ y resurgir, como uno de los puntales principales del Heavy Metal y Power Metal europeos.
 

Precisamente, venían con la parafernalia del ‘Tour Humanoid’, reflejado tanto en lonas, tramoya muy del rollo ‘industrial’, como en el propio set list, que habían preparado para la ocasión. Que hacían alusión conceptual, al disco publicado en 2024. Arrancarían con canciones como: ‘The Reckoning’ o la que da título genérico al álbum, ‘Humanoid’.

Tras esta infernal acometida, fueron cayendo grandes temas de discos clásicos de los ’80. Probablemente, su mejor etapa en cuanto a popularidad y creatividad, en general, con permiso del actual magnífico estado de forma, a todos los niveles. Darían paso a temas como: la salvaje ‘Restless and Wild’ ('Restless and Wild', 1982), la siempre ‘controvertida’, pero muy valiente y explícita ‘London Leatherboys’ ('Balls to the Wall', 1983) o la pegadiza y de ritmos sincopados y machacones Midnight Mover ('Metal Heart', 1985). Para seguir dándole protagonismo, al último trabajo discográfico en estudio publicado hasta el momento, ‘Straight Up Jack’ (‘Humanoid’, 2024).

Conforme iría transcurriendo el bolo, se nos presentaría una auténtica y genuina orgia de riffs, repartidos en los discos emblemas y buques insignia de la banda germana, como 'Breaker' y 'Restless and Wild', sin duda años 1981 y 1982, que fueron muy importantes para el Heavy Metal, como movimiento contra cultural, que marcó a varias generaciones, a nivel mundial. A ellos, esta sucesión de riffs en formato medley orgiásticos, les gusta basarlo en las atemporales canciones tales: ‘Demon's Night’ / ‘Starlight’ / ‘Losers and Winners’ / ‘Flash Rockin' Man’ (Riff Orgy).

Y sin abandonar los años ’80, acometieron con ‘Breaker’ ('Breaker', 1981) y ‘Princess of the Dawn’ ('Restless and Wild', 1982). Temas que cimentaron en su momento, todo un cambio de rumbo, actualizando el sonido de los ’70, en lo que hoy conocemos como Heavy Clásico. Pero que no deja de ser una modernización del sonido, hacia cotas más oscuras y hasta ‘agresivas’, que desafiaron a propios y extraños. Y cuyos acordes e interpretación vocal por parte de Mark Tornillo, es simplemente sutil y abrumadora, así como el resto de compañeros músicos. Sólo al alcance de músicos de gran talento. Liderados por Wolf Hoffmann, sin olvidarnos de las excelentes y experimentadas guitarras que lo secundan: Uwe Lulis y Philip Shouse. Y la apisonadora sónica sobre la que se fundamenta la base rítmica formada por: Christopher Williams a la batería y Martin Motnik al bajo. Una banda legendaria, excelentemente bien conjuntada, la que estaba descargando en Fuengirola y que ha sabido conjugar melodías y ese toque tan característico teutón, con algunos guiños a la música Folk y hasta Clásica, cuando tocaba hacerlo. Como fue el caso de uno de los temas, que también perteneciendo a esta etapa más clásica en su carrera. Le dan una nueva dimensión en directo, en cuanto a sonoridad, cromática y estética, en una actuación soberbia, como soberbia fue la interpretación de ‘Metal Heart’ ('Metal Heart', 1985) y ese inevitable guiño a su compatriota y genio Ludwig van Beethoven y su fragmento y arpegios, más reconocibles en su obra ‘Für Elise’ / ‘Para Elisa’. Para lucimiento, especialmente de Hoffmann, muy simpático con el numeroso y empático público presente. Quizás, la actuación más seguida del día, tal vez por el numeroso público alemán asentado en la Costa del Sol y horario que podríamos denominar de ‘prime time’, tomando prestado el concepto radiofónico y televisivo, pero llevado a las ‘audiencias’, en un evento de dichas características y circunstancias tan especiales que nos ocupa.

Y ya que ronda la idea de ‘regreso’ o fuerzas renovadas, que mejor elección, que tirar de dos temazos como: ‘Teutonic Terror’ ('Blood of the Nations', 2010) y ‘Pandemic’ ('Blood of the Nations', 2010).  De precisamente, el disco que marcó la vuelta a los escenarios de Accept, esta vez, con el brutal e imponente vocalista Mark Tornillo al frente. Con formaciones, como las que nos ocupa, no es difícil ‘leer’ entre líneas, el diseño o confección del set list. Al fin y al cabo, sugerente, hecho a posta o no, viene a decirnos que es posible un presente esplendoroso. Labrado a base de muchos ensayos, fantásticas nuevas composiciones y producciones; pero, sin olvidar un pasado maravilloso y sobre el que ir construyendo nuevas propuestas, tan asombrosamente abrumadoras, como la que se estaban mostrando en su máximo esplendor en el ‘Sun Stage’.

Para el tramo final dejaron todo un hit no sólo de la banda originaria de Solingen, sino del inconsciente colectivo del Heavy Metal y Hard Rock a nivel mundial, ‘Fast as a Shark’ ('Restless and Wild', 1982). Un tema que también daría para muchas lecturas y qué para muchos seguidores del género metálico, significó un anticipo de corrientes que estarían por asentarse, como el Speed Metal y hasta podríamos denominar un rudimentario proto Thrash Metal, al menos en cuanto a técnica, velocidad y concepción.

Para enlazar con una canción, símbolo y toda una insinuación, exenta de complejos y que a día de hoy; incluso, podríamos sumar a la causa y reivindicaciones por los derechos LGTBI, más concretamente ‘Balls to the Wall’ ('Balls to the Wall', 1983).

 
El broche lo puso el tema clásico ‘I'm a Rebel’ ('I'm a Rebel', 1980). Con ese aroma setentero, proveniente de la década, de donde comenzó a gestarse la génesis, de toda una institución del Heavy Metal europeo. Qué a día de hoy, siguen gozando de una energía sin par, fiereza y calidad arrebatadoras, que dejaron muy satisfechos, a fans y curiosos de diversos puntos cardinales del planeta. Y que probablemente, congregó al público más numeroso, variado y cosmopolita de los tres días de festival. La banda germana, liderada por Wolf Hoffmann, salió al completo a saludar muy amablemente y emocionados visiblemente, por los gestos de cariño hacia el púbico, que estuvo siempre presto y le dedicó una tremenda ovación de calurosa despedida y más que merecida, ante probablemente una de las grandes y más destacadas descargas del ‘Sun and Thunder Fest’.
 

Para este último tramo de la jornada, volvimos a tirar de ‘épica’, nunca mejor dicho y le echamos valor, para subir una vez más al castillo de Sohail, en el ‘Thunder Stage’ y tratar de presenciar el último tramo de la actuación de la banda finlandesa Ensiferum. Cuyas influencias principales provienen los ‘cantos vikingos’, el Folklore noreuropeo fusionado con el Metal más pesado y contundente. Era una sugestiva propuesta a la que poder asistir y disfrutar con el resto del respetable, aunque fuera como en nuestro caso, tan sólo, en las postrimerías del espectáculo. Y a penas, sin poder pestañear, ya que prácticamente, a la finalización de la banda originaria de Helsinki, estaba programada la actuación de la banda estadounidense WASP, en el escenario principal ‘Sun Stage’. Pero como alguna vez comentamos, a lo largo de este reportaje, en un formato tan extenso y cuantitativo de festival, en cuanto a programación de artistas, era normal que ciertas actuaciones se puedan pisar o hasta coincidir. Y al menos, nos queda en nuestro haber, haberles preparado individualmente y dentro de los extensos artículos previos, que fuimos publicando y divulgando por nuestras plataformas, todas aquellas novedades resaltables o confirmaciones, que iban surgiendo, a lo largo de los meses precedentes. Pero volviendo al presente del evento, nos llevamos una más que grata sorpresa, con el desembarco de estos simpáticos vikingos, que desembarcaron en Fuengirola. Para presentarnos, una faceta entre la épica y el Metal más contundente y hasta con toques Folk. Que hicieron vibrar sin concesiones al público con muchísimas ganas de divertirse de forma sana y con la que consideran, la mejor entre las mejores, y con permiso de tantos géneros relacionados con el Rock, el Heavy Metal. En un set list donde brillarían con luz propia, temas emblemáticos de la carrera de la banda, procedente de los confines del Midgard, como: la o la fantástica ‘Heathen Horde’ ('One Man Army', 2015) o la trallera ‘Andrómeda’ ('Thalassic' 2020) .  En donde guturales, presentan armas, junto a aguerridas hachas afiladas de las cuatro y seis cuerdas, que hacen todo un prodigio sonoro portentoso, en donde no falta la parte Death melódico de altísimo octanaje. Con el líder de la banda, Petri Lindroos, simplemente pletórico, al juego de voces y guitarras feroces al más puro estilo Viking Metal, atuendos y pinturas de guerra incluidas. Junto a su compañero de fatiga y también cofundadore del grupo, Markus Toivonen, también cañero y efectivo guitarrista, que aporta esa versatilidad, dentro del combo de estilos diversos, de los que suele beber el Viking Metal. De su último trabajo discográfico publicado hasta ahora, ‘Winter Storm’, publicado en 2024, programaron y descargaron con pericia absoluta temazos como: ‘Fatherland’ o  ‘Winter Storm Vigilantes’. Y ya para el cierre, de esta fantástica actuación, reservaron todo un hit en su repertorio: ‘In My Sword I Trust’ ('Unsung Heroes' 2012). Después de esta expeditiva y fantástica  actuación o expedición al Folk más salvaje y divertido metalero, dejamos los remos del drakkar atrás y nos dirigimos de nuevo al escenario principal, ‘Sun Stage’, para disfrutar de la ansiada actuación de WASP.
 

Había una gran expectación y cierta inquietud, por querer disfrutar de la siempre histriónica y teatral propuesta del concepto del Shock Rock, llevado con gran maestría al sonido Heavy Glam de los '80. Del siempre constante y batallador Blackie Lawless y la versión más actualizada de WASP. Siempre en estos artistas, en los que fluye sangre nativa americana, más allá de los exóticos rasgos que suelen resaltar su exótica naturaleza, proporcionan un carisma y punto especial a su favor, demostrando que dicho mestizaje. Es enriquecedor, a tantos niveles, culturales y antropológicamente hablando. Porque, aunque algunos populistas se inventaran y nos sigan haciendo creer, en el concepto de 'raza pura' o 'aria', eso no existe como tal, en las sociedades humanas modernas, que desde tiempos remotos, fueron configurando pueblos cada vez más fuertes, a nivel genético o biológico y por supuesto culturalmente más ricas, precisamente gracias al mestizaje e intercambio cultural y humanístico. Aunque, podríamos entrar en terrenos 'farragosos', por precisamente la falta a veces en la historia, de estos últimos valores, más altivos o edificantes, que llevaron al movimiento regidor de filosofías, artes o estudios. Y era hora de fiesta. Aunque, sí que hubo momentos muy reflexivos de Blackie Lawless, en momentos puntuales del concierto, como si se tratara de un 'ciclo de música contada', al más puro estilo de aquellos maravillosos eventos culturales que programó el incombustible divulgador y gestor cultural, Héctor Márquez. En donde, artistas iban contando nunca mejor dicho, experiencias, anécdotas relativas al tema o bloque de canciones, que iban sucediéndose, así como apuntes históricos o sociológicos o culturales, resaltables y ligados al momento de la creación. Algo así, como una versión comentada, que luego se puso un poco en boga, gracias a los formatos 'Media Book' y bandas como The Who, por cierto, versioneada en el concierto e importante en las influencias de tantos músicos rockeros de cualquier época; o sin ir más lejos, artistas que había tocado o habrían de hacerlo como Kreator o Uriah Heep, que también tiraron de este formato. Pero en este caso, en riguroso directo. Y apoyado mucho más en la palabra verbalizada, que en los afiches o escritos. Y no sólo no deslució, sino serviría de impasse, a la vez que reforzó más aún una actuación fantástica y que pudimos seguir de cerca público curtido, entremezclado con generaciones más jóvenes, que no perdieron ni un detalle de la fastuosa actuación de WASP. Y tampoco hay que olvidar, que una persona que se mueve con esa agilidad y sin parar de tocar la guitarra y cantar a muy buen nivel, para alguien que está a punto de cumplir 69 años, le vendría fenomenal, para acometer la ejecución de los consiguientes temas que irían fluyendo, con el correr de la cerrada noche, con nuevas energías y la fiereza que siempre le caracterizó, en sus personales pasos de bailes y brincos, en donde los flecos de las icónicas botas, adornaban y resaltaban mucho más los mismos.
 

Volviendo al concierto, WASP abrió con una fanfarria enlatada, como si de un viejo dial de radio, fuera cambiando de onda o frecuencia, a la par que melodías, que marcaron a varias generaciones del Heavy, fueron abriendo el voraz apetito de los fans allí presentes. Y como habían anticipado en un comunicado oficial el grupo, en el marco de la gira 'Album ONE Alive World Tour', se centrarían en tocar íntegramente el disco debut, de título homónimo al nombre de la banda; que abrió fuego allá por 1984, y siguiendo con el '40 Aniversario' de la inicial y celebrada publicación discográfica. Precedido del rugido característico de motosierra, descargaron 'I Wanna Be Somebody' ('WASP', 1984), para seguir con otro gran hit del grupo, 'L.O.V.E. Machine' ('WASP', 1984). Siempre apoyándose en imágenes coetáneas de aquellos maravillosos años, extraídas de viejas actuaciones o videoclips. Aunque en los 'clips', aparecían guitarristas de la talla de Chris Holmes o Randy Piper, entre otras personalidades, que dieron forma 'animal' y la salvajada de proyecto, que bebía de fuentes tan diversas como Alice Cooper, New York Dolls o Kiss, entre otros grandes del género. Y que tantísimas satisfacciones, como decepción o falta de reconocimiento, negado por la crítica más estricta, con los típicos vaivenes de una de cal y otra de arena. Hasta que sucumbieran por fin, a la genialidad, de trabajos más comprometidos o de corte conceptuales , de la envergadura de ‘The Headless Children’ (1989) o ‘The Crimson Idol’ (1992). Los músicos que secundan actualmente a Blackie Lawless, son excelentes y se notaba todo el excelente trabajo de ensayos, logrando unos coros muy redondos, a la vez, que una potente base rítmica y guitarras afiladas, como la hoja de corte de la motosierra y demás instrumentos cortantes característicos en los atuendos o atrezzo. Doug Blair (guitarra solista y coros) y Mike Duda (bajista y coros), arroparon fenomenalmente en ambos aspectos, a Blackie Lawless. 
  

La canción rocanrolera'The Flame' ('WASP', 1984) atronó con sus melodías pegadizas, precediendo al más denso y pesado, en cuanto a riffs mucho más metálicos, que caracterizan y predominan en 'B.A.D.' ('WASP', 1984). Y en este tramo el heavy metal, se hizo más presente en temazos como 'School Daze' ('WASP', 1984) u otros de los que también podríamos denominar emblemáticos 'Hellion' ('WASP', 1984). Y como se suele decir, tras la tormenta, afloraría la calma, con una de las mejores baladas de la historia de heavy metal, 'Sleeping in the Fire' ('WASP', 1984). Al menos para el que suscribe... Y algunos más, estoy seguro, contextualizándolo y por la época. Melodías y riffs inolvidables, que fluyeron, tan apasionada y con tanto feeling, que sólo pudo ser fruto del más excelso talento. Cuantos recuerdos y no creo que fuera el único, con la piel de gallina, por las caras contiguas de amigos y amigas, porque verdaderamente estábamos asistiendo a una soberbia actuación y gira histórica, que quien lo diría, como si hubiera sido ayer o en otra vida, celebraban el '40º Aniversario'. Y menudo nivelazo, y mira que nos asustaron bastante, los típicos 'agoreros', que siempre los habrá, en el rock, aquí y allá y no andábamos para sustos, ni malos ratos, la verdad. Y nos encontramos este nivelazo en contraste, casi como si hubiéramos viajado en el tiempo, toda una vida. Contrariados, pero en este caso por la felicidad de asistir, a una más que digna, excelente actuación, superando cualquier buena o razonable expectativa, que pudiéramos haber albergado como esperanza. Y la esperanza o el anhelo, se tornó simplemente en un concierto de leyenda. 
 

Con los temas 'On Your Knees' ('WASP', 1984) o 'Tormentor' ('WASP', 1984) volvió el Heavy Metal más atronador, el de toda la vida, el de los años '80. Y como la cosa, en las postrimerías de la descarga, antes de los bises, se iba tornando con ese toque entre sado, distópico y que hizo aflorar sarpullidos a diestro y siniestro a los supuestamente 'bien pensantes' y de la ‘buena moral’, la de ellos. O la que para 'ellos', será buena, porque y al fin y al cabo, es de pastiche y doble moral, o 2.0 de la post verdad reinante, ponderante y recalcitrantemente rancia actual. Con el tema 'The Torture Never Stops' ('WASP', 1984) cerrarían este bloque, especialmente dedicado al primer discazo y más cuando se toca de esta forma tan magistral en directo, que dan ganas de volver a desgastar el cassette o pulir el plástico del vinilo a tope. 
 

Tras otro pequeño receso, estaba claro, que iban a venir los bises, y menudos bises, a base de medleys espectaculares, canciones y discos fundamentales en la década de los '80. Haciendo especial hincapié en discazos históricos y esenciales de la banda angelina, como los discos en estudio: 'The Last Command' (1985), 'Inside the Electric Circus' (1986) o 'The Headless Children' (1989). O referencia al tema grabado como single y en estudio 'Scream Until You Like It' para el directo que lanzaron en 1987, con el título 'Live...In The Raw'. Como curiosidad, comentar que dicho tema, 'Scream Until You Like It', fue grabado como parte de la banda sonora de la película 'Ghoulies II'. Comenzarían con la típica fanfarria circense y el tema 'The Big Welcome' ('Inside the Electric Circus' 1986). Los siguientes temas vinieron a modo de coctel o medley de lujo con 'Inside the Electric Circus' / 'I Don't Need No Doctor' la estupenda versión que ser marcó WASP del hit de Ray Charles y para acabar este bloque con la citada anteriormente 'Scream Until You Like It'
 

El siguiente bloque, no podían faltar, auténticas joyas, de probablemente uno de los mejores discos en la carrera de WASP y todo un ejemplo de empeño y genialidad, puestos sin complejos ni aditamentos, al servicio de la buena música, con sustancia, mensaje y caña por un tubo, todo hay que decirlo. Estos temas serían los pertenecientes a la obra faraónica, en cuanto composiciones y producción que comenzó a sorprender a propios y extraños, con 'The Headless Children'. En el último tramo de los añorados por unos y denostados por otros, años ’80.

en 1989. Los temas elegidos para la ocasión, como otro de los estupendos covers, que Blackie Lawless, siempre supo llevar a su avezado terreno, como esta estupenda versión de The Who, titulada 'The Real Me' / la fantástica y exitosa poderosa balada 'Forever Free' / o la grandiosa canción que da nombre genérico al disco 'The Headless Children'.


Y como no, podía faltar el guiño gamberro, a un cruce entre una estética de personajes quiméricos a lo 'Mad Max' pasados de rosca o un Western film como 'El Bueno, El Feo y El Malo'. Para volver a la esencia más salvajemente divertida, juerguista y como estábamos de festival, pues apropiadamente fiestera cayeron auténticos himnos de WASP y del Heavy Metal ochentero como fueron los broches de diamantes en bruto: 'Wild Child' ('The Last Command', 1985) y 'Blind in Texas' ('The Last Command', 1985). Celebradísimo por el numeroso público presente y coreado a pleno pulmón, llevados por la emoción y apartando el bochorno; quizás hizo que, aunque muy numeroso, pero se vieran algunos más huecos, con respecto a la actuación, de los anteriores cabezas de cartel del día, los germanos Accept. Pero que sin ánimo de comparar y más allá de proporcionar datos subjetivos u objetivos, fueron don grandes actuaciones, multitudinarias, probablemente, las que más afluencia atrajo y emociones despertaron en el numeroso y entendido público. Y que quien lo dirían, que personas que, aún siendo sexagenarias, ya quisieran más de un jovenzuelo, estar en el estado de forma, en los que se encuentran Wolf Hoffmann o Blackie Lawless, salud y larga vida, que hay cuerda para rato. Long live Rock and Roll, long live Heavy Metal, long live Sun & Thunder! 

Vhäldemar, cerró el evento, en el escenario del castillo de Sohail, en el 'Thunder Stage'. La verdad, que aunque había un importante número de fans, que sí acompañaron con bastante conocimiento de causa, el desarrollo de la descarga del potente y brutal Power Metal vasco. La actuación tan visceral y 'rozando', por suavizar algo, la agresividad que a veces parecía sin control, del carismático y cantante Carlos Escudero. Que no paró de retar a aquellos, que no convenció su show, y se iban yendo a casa. Se tiró de forma muy a lo mosher, en contadas ocasiones y con un pie de micro, con unos ornamentos afilados, que daban un poco de ‘miedo’. Había momentos que no se sabía, si iba a usar, como una espada, para ensartar un pincho moruno o espeto de sardina o como garrota. Me recordó un poco en actitud a Nacho de Cicatriz, pero más en la estética y sin ánimo de ofender a nadie ojo, en vez de muleta, portaba pie de micro, nada más. Sin duda, la música era un Heavy muy potente, dentro de los cánones del Power Metal, pero me llamó mucho la atención de esa actitud arrebatadora, un tanto punk 'acelerado', por cierto, provenientes de una tierra, que aunque tradicionalmente dieron buenas bandas del Metal, es de sobra sabido, que imperó siempre más el Punk Rock o el Rock Urbano. En cualquier caso, si había alguien medio dormido o cansado, Carlos Escudero lo espabiló, pero vamos como vivo, que viene de entre los muertos, seguro. La peña, no paró de hacer pogo, y en definitiva, de pasárselo bien y hasta pribar ante la invitación del propio cantante, cuando andaba en medio del púbico, de lo que intuimos era whisky. Presentaban 'Sanctuary of Death', que es el disco más reciente publicado en 2024, aunque tienen una extensa carrera, que los ha llevado a pisar tierras japonesas, que eso no lo suele hacer cualquier banda, ‘ahí queda eso’. También, aprovecharon que hacía poco, habían publicado el adelanto de lo que será su disco en directo “Live at BEC Barakaldo”. Más concretamente, se trató del tema ‘1366 (Old King's Visions Part V)’. Y para cerrar, como no podía ser de otra manera, tiraron de su hit particular y derroche de energía a la enésima potencia, nunca mejor dicho, con el tema 'Energy'. Broche algo inusual o atípico, en el apodado para la ocasión 'Thunder Stage' o escenario del castillo, pero potente y efectivo, sin duda y cañero, vamos, para haber despertado a Zeus, Tritón y resto del Olimpo.

Texto: Ferri // Collector’s Series DIY

Fotos: Mabe Navarrete // Neave Visual Art  

Para La Factoría del Ritmo, celebrando el 30ª Aniversario, desde su primera publicación en 1995.

Enlace de la Parte I del Reportaje

Enlace de la Parte III del Reportaje

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