El mejor y más potente formato de ‘Metal Beach Festival’ del Sur de Europa, tronó cálidamente, amenizado con aires del Mediterráneo, para afianzarse: 'Sun & Thunder', 17,18 y 19 de julio 2025 - Recinto Marenostrum Fuengirola (Málaga). [Parte I]


El mejor y más potente formato de ‘Metal Beach Festival’ del Sur de Europa, tronó cálidamente, amenizado con aires del Mediterráneo, para afianzarse: 'Sun & Thunder', 17, 18 y 19 de julio 2025 - Recinto Marenostrum Fuengirola (Málaga). [Parte I]

Por fin, la Costa del Sol, vuelve a presumir de un formato de gran festival de Rock, que se une a las decenas de miles de personas que suelen visitar, año tras año, las fabulosas instalaciones y un marco excepcional, sin parangón alguno. En donde, se entremezcla, la historia, el arte, la cultura y el medio natural, a las orillas del Mare Nostrum, mar Mediterráneo. Una experiencia catártica, que no hay que perderse por nada del mundo.

Ya estaba anunciado con mucha antelación, la fiesta de presentación oficial, del 14 de julio, y antesala al macrofestival que tendría lugar en unos días, en el perímetro del parque natural habilitado, junto la fortaleza sempiterna del Castillo Sohail. Dicha fiesta de presentación, tuvo lugar en el puerto deportivo. En donde abrirían fuego las bandas nacionales y locales: Eyes Of Paradise, Crummy y Siddharta. Dejando ecos y sirviendo de antesala o anticipo del buen rock y el buen rollo, que iría atrayendo con el paso de los días, al resto de personal, ya fueran compañeros de medios o público ávido de buena y potente música en la zona Sur peninsular.

Jueves 17 de Julio de 2025

Más allá, de las anecdóticas o singulares ‘Olimpiadas del Metal’ del día antes y otras iniciativas paralelas. Y que, en realidad, tanto la zona costera y de playa, darán mucho juego, en próximas ediciones. Conforme, vaya rodando este macroevento; que, ante todo, atrae a público, bastante curtido, de distintas generaciones y puntos cardinales. Pues sobra comentar, el maravilloso y privilegiado enclave cosmopolita que lo acoge. Además, de las buenas sinergias y energías, que allí tuvieron lugar, en esta semana fantástica, para el rock duro y el metal diversificados, en tantísimas propuestas y subgéneros: folk metal, viking metal, metal progresivo, hard rock o heavy metal clásico, glam metal, thrash metal, black, death

Docka Pussel, desde Sevilla, tuvo la difícil papeleta de abrir un evento de estas características y con nuestro astro rey, en su máximo esplendor. Ya la meteorología, avisó del frente de aire caliente y del terral que padeceríamos esos días. Afortunadamente, nuestra amada mar, nos daría cierta cancha, al aliarse a ciertos aires de poniente. Y eso, junto con la maestría del elenco de artistas, como el que nos ocupa, hizo mucho más llevadera, en dicho sentido, las intensas jornadas del ‘Sun & Thunder’. Docka Pussel, se sustentó en las tablas y distintos registros de su magnífica, elegante y carismática vocalista femenina. Una propuesta tan singular, como arriesgada, pero son muchos discos y años a sus espaldas. En donde podríamos destacar temas como ‘November’, ‘Disomnia’ o ‘Deadlock’, de su último trabajo discográfico hasta el momento ‘Underdogs’ (2023) y junto a su laboriosa carrera discográfica, les auguramos una exitosa carrera. Su particular estilo o como les gusta definirse, ‘psychometal’ es un combinado a base de excepcional y trabajado metalcore, post-metal y guitarras afiladas heavy de toda la vida. Como la Jackson, que lucía el guitarra solista, a pesar de sus eclécticas influencias, quizás más entroncadas con subgéneros más alternativos en cuanto al metal. En definitiva, una estupenda formación, que elevó en sobremanera las buenas expectativas, que pudiéramos haber depositado durante los meses previos, en las noticias que nos iban llegando, para la confección de este cartelazo. Lleno de sorpresas muy gratas y estilos miles, en donde navegar y disfrutar, más allá de las altas temperaturas. ‘Sun’ hizo tela, pero el ‘Thunder’ se impuso y ganó el pulso sin dudarlo. Se estaba cimentando el buen rollo reinante, que tendría lugar durante todas las jornadas del evento internacional, con más proyección en los últimos años, que hayamos podido disfrutar en la denostada a veces, Costa del Sol.

La siguiente formación en aparecer en el escenario del Castillo, fue la barcelonesa Astray Valley y ya comenzaron los dilemas y como hacer piruetas, y tratar de disfrutar de partes de arranque o final, según el caso, con respecto al escenario principal, bautizado para la ocasión ‘Sun stage’. El del castillo, aclarar que tenía la denominación de ‘Thunder stage’. Pero también, comentar, que una vez te dejabas llevar por la actuación de turno, fuera arriba o abajo, costaba desplazarse, por el gran nivel desplegado por todos los estupendos artistas, que pisaron por vez primera, en la mayoría de las ocasiones, el recinto de Marenostrum. Salvo los eclécticos castellonenses Dry River, que ya dejaron huella de su impronta y genio, hace unos seis años en Rock The Coast.

Volviendo a Astray Valley, también con una vocalista femenina o frontwomen, de muy buenos registros vocales y convicciones muy firmes, en cuanto temas que tocaban mensajes siempre ‘espinosos’. Clau Violette comandó con fiereza y mucha garra la actuación, muy bien arropada por la guitarra afilada de Joan Vena y el bajo magistral de Umbra Hatzler, apoyado en la apisonadora sonora de la batería de Víctor. Su sonido muy parejo al metalcore progresivo, que habíamos disfrutado justamente con anterioridad. Temas como ‘Pray for the Devils’, single de hace dos años, fue parejo a declaraciones de Clau: ‘no creo en religiones’ y con el saludo de la mano cornuta siempre presente, dejó bien clara, hacía que portador de la luz, dirigir sus plegarias satánicas del metal. Menuda dos increíbles actuaciones con las que tronar en el ‘Thunder stage’. Qué comienzo, más brillante y superando cualquier previsión, por muy optimista que fuera nuestro punto de vista. Así, daba igual el terral, la intensidad del ‘Lorenzo’. Todo era cuestión de ir sorteando con paciencia y protección básica de salud, los posibles obstáculos, en cuanto a desgaste físico, que pudiéramos sufrir, por la alerta naranja, que teníamos en ciernes sobre la provincia. Afortunadamente, los servicios médicos, ante posibles golpes de calor y demás inconvenientes, siempre estuvieron velando y actuando, no más allá de algún pequeño susto.

Como comentamos antes, la actuación de Breed 77, que congregó también a un numeroso y acalorado público, la tuvimos que presenciar, desde relativa lejanía y tratando de compensar con un ir y venir de un lado hacía otro. Conforme fue transcurriendo el festival, se fue transformando en la típica dosificación y tónica. Pues es consabido que, en carteles tan extensos, por mucho esfuerzo y empeño, que uno trate de sobrellevar, algo se tiene que escapar. También, en algunos casos, está la relativa tranquilidad, de haber apoyado en otroras lides, entrevistas o reseñas de trabajos discográficos publicados con anterioridad y siempre quedarán nuevas oportunidades futuras, en donde saciarnos de su arte. Las sensaciones fueron muy buenas, en otra propuesta cercana a sonidos más experimentales y de fusión, entre el nu metal y las siempre agradecidas guitarras flamencas, para estos genios del campo de Gilbraltar.

Un festival, es un lugar de reencuentros, con amigos, fans, seguidores, artistas, público variopinto, nuevas amistades y compañeros de otros medios. No deja de ser una fuente inagotable de experiencias, de quizás la parte humanística, más enriquecedora de la que podemos presumir, la buena gente del rock, por lo general y ese ‘hermanamiento’ o sentimiento de hermandad, flotaba todo el rato o se respiraba en el ambiente, durante las intensas jornadas y el devenir de los días.

Soldier, asaltarían con su sonido de heavy metal punzante y thrash metal cañero, el escenario del castillo de Sohail, desde tierras asturianas. Quizás, en uno de los momentos más álgidos, de cuando estaba pegando el Sol más fuerte. A pesar de las circunstancias, la actuación no acusó en ningún momento la ola de calor, lo cual es doblemente significativo y meritorio, más allá de algún refrigerio y vuelta a descargar caña pura y dura, en temas que como antaño, en el género, dejaron caer su mensaje de corte social y punto de vista, sobre mentiras, ‘conspiranoias’, manipulación o diversas formas de servilismo moderno, como podría ser ejemplo el tema The Great Western Oligarchy. Phil González estuvo a muy alto nivel, así como sus compañeros de fatigas, en las hachas y base rítmica demoledora.

Jesulick, nos atrajo de nuevo al escenario ‘Sun stage’ o que podríamos denominar ‘principal’. Aunque no me canso de elevar a apoteósicas, todas las actuaciones que pudimos disfrutar plenamente, en el siempre sempiterno castillo de Sohail. Había muchísimas ganas de presenciar en directo, por parte del respetable allí presente, las evoluciones de la banda liderada por el cantante croata Dino Jelusić, ganador en su día del concurso de Eurovisión Junior, hace ya la friolera de más de veinte años. A veces pasan los años, y parece que fue ayer. En su larga y dilatada carrera ha firmado, brillantes trabajos y colaboraciones discográficas, hasta llegar a colaborar en 2019, con el virtuoso guitarrista americano George Lynch ex Dokken o Lynch Mob o participar en Whitesnake. Y es que tiene esa esencia o aura y recoge el testigo sin duda, de una etapa destacada en el Hard Rock y Heavy clásico de los 80. Su sonido, te retrotrae a otra época. Quizás, esta cualidad fuera potenciada en el festival, por la gran cantidad de bandas que bebieron de fuentes e influencias variadas, que sentaron unas bases muy potentes. Para que artistas de este calibre, sigan manteniendo bien viva y flamante, la llama del rock más potente y vibrante del planeta. Sea cercano a la fierza del thrash, o como era el caso, más cercano a las melodías trabajadas en base a los parámetros del metal melódico. Su más reciente proyecto y trabajo discográfico ‘Follow The Blind Man’ (2023), estuvo muy presente y de qué manera, sobre el escenario del ‘Sun stage’. Con artistas que nacieron por y para el rock más duro, visceral y pasional, hay un futuro más que esperanzador, que hay que seguir curtiendo y apoyando de manera incondicional.

Omnium Gatherum, la banda finesa con origen en los 90, que practican un death metal de corte melódico, y hasta con trazas de rock progresivo. Estaba presentando el último lanzamiento conocido hasta la fecha, su álbum titulado de manera muy sugerente ‘Origin’ (2021). Publicado por la afamada disquera británica Century Media Rec. Hechos, no desapercibidos para nada, por el respetable, que se congregó en un número más que considerable o importante, dispuestos a calmar la sed a base de temas, que no suelen faltar en su tremendo y atronador repertorio, como ‘Luoto’ o ‘White Palace’. Aunque para el caso, abrieron excepcionalmente con la tremenda ‘Slasher’ y presentaron el tema ‘The Last Hero’, sorpresivamente. A pesar de las altas temperaturas, que ya comenzaban a pasar factura a los más ‘valientes’ o madrugadores y a sabiendas; que, en breves minutos, empezarían a descargar los pesos pesados o primeros cabezas de cartel del evento. Y como se suele, decir, el público dictó una sentencia, muy firme y favorable, sobre las buenas expectativas depositadas en la formación del Norte de Europa. La fiesta estaba más que servida y todo progresaba muy adecuadamente, en muchos casos con bastantes sorpresas notables y muy reseñables.

En el transcurso de subidas al castillo y el devenir de las actuaciones; aunque en líneas generales, pudieron cumplirse los horarios, salvo alguna puntual excepción. Pudimos disfrutar de la puesta en escena de dos bandas muy interesantes, en el escenario ‘Thunder stage’. Pero esto entra dentro de lo normal, cuando la confección de un cartel tan variado y completo, como el que nos ocupa. Implica muchas veces, no poder atender o disfrutar al cien por cien, de cada una de las actuaciones. Aun así, seguimos poniendo pies en polvorosa y cubrimos breve, pero muy intensamente, las actuaciones de Mind Driller y Myrkur 

Mientras, la peculiar formación española Mind Driller, desplegó todo su potencial ecléctico y que conforman tantos elementos en su música, como géneros referenciados en líneas anteriores. En donde primó por encima de la fusión o experimentación musical, los toques de Metal Industrial alemán. De hecho, tienen temas compuestos en diversas lenguas, entre ellas: Castellano, Inglés o el propio alemán, que le va como anillo al dedo a su singular propuesta de 'Neue Deutsche Härte'.


Más tarde, haciendo la ruta ‘rompepiernas’ del ‘asalto al castillo’ y dándonos muchísima prisa. Provenientes, de los ‘cantos vikingos’, el Floklore Noreuropeo, fusionado con el Metal más cadencioso, pesado y contundente. Desde Dinamarca, Myrkur, aportó su faceta más épica, melódica y cañera, por ciertas influencias ‘black metal’. En donde destacaron muchísimo, las melodías y ambientación de corte electrónico, que ejecutó maravillosamente la virtuosa multinstrumentista y cantante Amalie Bruun a los teclados.
 

Llegó el momento de Kreator, había muchísimas ganas de volver a reencontrarnos con una de las bandas más afamadas del thrash metal continental o como suelen ser reconocidos, en su tierra natal germana, uno de los ‘cuatro grandes ases del thrash teutón’.

Mille Petrozza, desde un primer momento se mostró muy cariñoso y agradecido por el público de Fuengirola y Málaga, allí totalmente expectantes y ansiosos por la formidable y atronadora descarga que tendría lugar, que con todo tipo de parafernalia haciendo alusión a su último álbum discográfico de estudio ‘Hate Über Alles’ (2022). El líder indiscutible, tanto a la voz, como al hacha atronadora, por la que despliega su crítica y mensajes de corte social y político o filosófico cuando tercia. Y que una gran mayoría de los aficionados a los orígenes del thrash, agradecemos por mantener el espíritu de lucha o hermanamiento, con el punk más incisivo o hardcore más comprometido, en dichos menesteres. Y más aún, con los tiempos tan violentos y convulsos en los que ciertos extremismos y populismos nos hacen sufrir de lo lindo. Y sí algo ha caracterizado al vocalista y guitarrista de Kreator, es su afán por despertar conciencias o al menos denunciar aquello en lo que no cree, con firmes convicciones, dando ejemplo y en donde música, veganismo o yoga tienen cabida, frente a hedonismos vacíos y sin sentido.


La fanfarria de entrada, ‘The Patriarch’, de su exitoso disco ‘Violent revolution’, dio paso precisamente al tema que da título genérico al álbum lanzado en los albores del presente siglo. Cuando tras algunas espléndidas producciones, todo hay que decirlo y muy experimentales sonidos, habían dado un giro algo inesperado, a los crudos sonidos y más viscerales thrashers, que los habían definido o caracterizado, hasta entonces. Y que si algo define a la banda alemana. Es que con o sin experimentación, tanto la estética, mensaje y despliegue de medios, va siempre encaminada, a poner en valor el metal de más alto octanaje, alineándolos junto a los grandes nombres del concierto internacional del género. En pocas palabras, es de esas bandas, que sabes de antemano, que no sólo no te van a defraudar, en su puesta en escena, sino que van a reclamar su más que labrado reconocimiento, como uno de los pilares del thrash de cualquier época o punto cardinal, a base de trabajada y talentosa meritocracia ‘metálica’. Y espectáculos así, a ese nivel, no suelen darse muy a menudo, por estos lares, precisamente.

Siempre con Violent Mind presente, tanto en el escenario, como en las camisetas negras congregadas, más que pensamientos perturbadores, nos evocaba rabia contenida; que hay que exorcizar a base de buenas descargas y verdadero metal, sin aditamentos y consecuentes, con el tiempo que nos tocó vivir.

‘Enemy of God’ seguiría junto a otro temazo, que comenzaban a atronar en el escenario del ‘Sun’, como ‘Hail to the Hordes’. Antes, de caer uno de los clásicos más celebrados a finales de los 80: ‘Betrayer’. De esa época, aún se mantiene el también carismático y miembro fundador junto a Petrozza, el baterista y también puntual vocalista en ocasiones, Jürgen "Ventor" Reil. Y los miembros más recientes, en su extensa carrera, le dan una consistencia tanto a nivel técnico, como de contundencia, al grupo; que, lo hace lucir en sobremanera, siempre con su singular y característicos riffs y estilo de apisonadora sónica, donde los haya. Sami Yli-Sirniö es el virtuoso guitarrista finlandés, que junto a su compañero galo a las ‘cuatro cuerdas’​, Frédéric Leclercq. Completan la formación más estable y compenetrada de la banda originaria de Essen, en la mayor línea de tiempo, con respecto su trayectoria original.

Por si no había hecho calor durante la jornada, Kreator no se arrugó a la hora de desplegar toda su pirotecnia y trucos a base de fuegos controlados, que le otorgaban más teatralidad o dramatismo y espectacularidad al show musical, ya de por sí, de primer nivel sin duda.

Tras otra ráfaga de thrash brutal y provenientes de dos discos, de los considerados emblemáticos, en la discografía de Kreator: ‘Coma of Souls’ (1990) y ‘Extreme Agression’ (1989): se sobrevino una buena ‘traca’, de dos de sus ‘pildorazos’, en forma de grandes temas, ‘People of the Lie’ y ‘Love Us or Hate Us’, pertenecientes respectivamente a ambos discos imperdibles. Para a continuación, ofrecernos una gran muestra en vivo, de su más reciente cosecha y último trabajo de estudio: ‘Strongest of the Strong’,‘Hate Über Alles’ que da título genérico al mismo y el single que apareció, como anticipo de dicho lanzamiento y además, en el curioso formato ‘split’, junto a la banda estadounidense de groove y thrash metal Lamb of God: con el sugerente y satánico título ‘666- World Divided’.

Llegando prácticamente, al tercer acto, de su estupenda actuación, reservaron excelentes temas, de quizás discos algo menos emblemáticos, que los reseñados hasta ahora, pero sí muy importantes, en cuanto a su evolución, progresión y por supuesto, significativamente importantes. Porque si hay una dinámica en esta formación alemana, es que sus discos les salen muy ‘redondos’ y trabajados, tanto a nivel compositivo, como las cuidadas producciones. Y no se dejan nada en los directos, con lo cual, chapeau por ellos.

Grandes temas irían sucediéndose como: ‘Hordes of Chaos (A Necrologue for the Elite) [‘Hordes of Chaos’, 2009] Cuando les llamó la innata naturaleza y quisieron volver a los sonidos y formas de trabajar de los orígenes del grupo. ‘Phobia’ (‘Outcast’, 1997) o ‘Renewal’ (‘Renewal’, 1992); referentes a etapas más que interesantes y en donde la experimentación, cumplió un papel muy relevante, como anticipamos en esta crónica, con elementos de la música industrial, muy presentes en dichas producciones. A estos fogonazos de pura energía concentrada en forma de thrash, les seguirían: ‘Mars Mantra’ y ‘Phantom Antichrist’ de su celebrado álbum ‘Phantom Antichrist’ (2012). Para acabar con otro gran tema como ‘Satan Is Real’ (‘Gods of Violence’, 2017).


Para el tramo final, reservaron, auténticas delicatESSEN, nunca mejor dicho. ‘Flag of Hate’, que dio título al primer EP de la banda. Significó uno de sus primeros grandes éxitos y siempre suelen tocarlas en sus conciertos. Al menos, así lo recuerdo de inolvidables lides pasadas, inclusive, Mille Petrozza, hace gala al ondear una bandera, con motivos de la portada de dicho mítico vinilo. Y siguiendo la línea anterior, no podía faltar ‘Pleasure to Kill’, que dio título al segundo disco en formato álbum y lanzado sobre las mismas fechas que el anterior EP, sobre 1986. Estas canciones incrementaron y consolidaron la leyenda de Kreator y una de las bandas con mayor proyección en su tiempo, referente al incipiente thrash metal que se practicaba en círculos más undergroundY que ahora, sin lugar a dudas, podemos disfrutar en su máximo esplendor, a pesar de los cambios consabidos, en el line-up de cualquier banda, de extenso recorrido. Como el caso que nos ocupa. Y cuyo proceso de maduración y evolución, siempre ha sido favorable y fue in crescendo, si se me permite la locución latina, haciendo alusión al origen italiano familiar del bueno de Mille. A la par, que todo su genio y talento: Kreator is real thrash metal!
 

Paradise Lost, fue la banda que proseguiría, como la otra gran atracción internacional en el ‘Sun stage’. Y no era para menos, tratándose de unos de los pioneros del metal gótico y considerados toda una institución en Reino Unido, en la gestación del death & doom metal, lo que podríamos llevarnos sin rubor a afirmar, que estábamos ante una banda de culto, que quizás, por culpa de las modas reinantes y cúmulo de circunstancias, habrían perdido algo de popularidad. Pero jamás la atención de los fans más fieles y entendidos en los respectivos géneros mencionados. Tuve la suerte, de poder disfrutar de uno de sus momentos álgidos en su carrera, en el último festival celebrado en Donington Park en 1996, bajo la denominación de ‘Monsters of Rock’. En una edición muy ecléctica y época de transición, a la vez que de cruce de caminos de géneros y sonidos provenientes de los 70 y 80, y nuevos aires renovadores; que trajeron la fusión, con la escena más alternativa, grunge, crossover o nu metal de aquellos años. Y que hoy día, en festivales como el que nos ocupa, se haya normalizado esa versatilidad. Ya que, al fin y al cabo, hay que renovarse, porque si no, ya sabemos como acaba la fatal frase de marras. Pienso, que Paradise Lost, representa precisamente, esa evolución y renovación, que al final es necesaria. Te condenen al ostracismo más absoluto o la negación de entrar en las manidas listas de éxitos o tabloides varios. Y que no todo en esta vida, se traduce en el éxito facilón o el hecho de es estar permanentemente en el candelero. Eso le profiere autenticidad y criterio, cualidades que hay que poner siempre en valor.
 

La verdad que había ganas y expectación, por ver el presente de la banda británica. Quizás, durante la actuación de Kreator, se pudo ver a un público más cosmopolita y en mayor número, como es lógico o podía esperarse, con respecto a bandas muy válidas y que dieron mucho juego, en los prolegómenos, del primer día del evento. Y dicho interés, estaba flotando en la buena onda y positividad del caldeado, pero siempre con el buen rollo por bandera, que se respiró en el ambiente del evento, durante los tres agotadores, pero muy satisfactorios días, pero todo a su tiempo.
 

La banda capitaneada por su carismático vocalista y frontman Nick Holmes, salió a por todas, en medio de la oscuridad del ‘Sun stage’. Al caer la noche y cercano a la hora de las brujas, es cuando grupos así, envueltos en aura de misterio y melancolía, muestran realmente su mejor faceta artística. Con una escenografía mucho más austera, en contraste que sus predecesores. La banda brilló y sonó estupendamente, apoyándose más en su sobria puesta en escena, y los elegantes matices vocales de Holmes, muy versátiles. Gracias a su portentoso registro vocal. Que según le iba pidiendo el tema, endurecía, rompía, con voces más propias del desgarrado death o iba hacia cromatismos más melódicos y de sus fantásticas cualidades de barítono de excepción.
 

Paradise Lost, abriría con la tremenda ‘Enchantment’ (‘Draconian Times’, 1995). Posiblemente, su máximo apogeo, al menos en una primera etapa muy fulgurante y exitosa, que los llevó a compartir carteles, por la vieja Europa, con leyendas, como el recientemente desaparecido, Ozzy Osbourne, DEP; dicho esto y haciendo un merecido inciso, nunca desaparecerá de nuestra memoria y devastados, a la par que agradecidos corazones, por su excepcional legado artístico. A continuación, le seguiría el tema ‘Forsaken’ (‘Obsidian’, 2020). Curiosamente, aunque un gran salto en el tiempo, en cuanto a la elección de composiciones para el orden del set list. Sí que tuvieron en cuenta la vuelta al sonido más característico del grupo, cuyos matices podían inclusive en un mismo tema, o línea de producción, conjugarse distintos estilos variados, que podían convivir, con el nexo del rock o metal gótico sin dejar las atmósferas más densas tipo doom. De uno de los discos más valorados por los fans, como es el caso ‘Draconian Times’ elegirían, en el repertorio: ‘Hallowed Land’ y ’The Last Time’, por su puesto, sin olvidarse de discos esenciales como ‘Shades Of God’ (1992) y temas tales como: ‘Pity the Sadness’ o ‘As I Die’. Entrelazados, con clásicos de la banda, extraídos del disco ‘Icon’ de 1991: como el tema ‘Eternal’ o inclusive, del álbum ‘One Second’ (1997): temas como, el que da título al LP y más cercano al tramo final del concierto, ‘Say Just Words’ del mismo disco de finales de los 90. Antes, repartidos en el comienzo del bolo, a mediación y también para el tramo final, sonarían temas más recientes, del siglo XXI: ‘Faith Divides Us - Death Unites Us’ (2009), ‘The Enemy’ (2007) o ‘No Hope in Sight’ (2015). Eligieron muy acertadamente, distintas propuestas estilísticas y de forma extensiva, a lo largo de su extensa carrera musical.

Conforme, iba transcurriendo la consecución de temas, se les iba viendo cada vez más a gusto, sobre el escenario. Para nada, fueron fríos, como a veces se les ha criticado, quizás de manera tendenciosa, desde algunos medios.

Para los bises y despedida, eligieron dar de nuevo otro salto en el tiempo, como al comienzo de la actuación, comenzando por el temazo clásico ‘Embers Fire’ (‘Icon’, 1993). Para ‘sorprender’, especialmente al público menos habituado, a sus directos más recientes, con el cover de Bronski Beat, ‘Smalltown Boy’, llevado para la ocasión a su singular propuesta más oscura o gótica, en contraste y con la inevitable energía new wave y synthpop, que emana el tema compuesto por Jimmy Somerville, Richard Cole y Steven Forrest. Y en especial, desde que fue publicado, hará poco más de dos décadas, para el disco de Paradise Lost, ‘Symbol Of Life’ (2002). Desde entonces, siempre que pudieron la tocaron en directo y no faltó en el amplio y excelso repertorio del grupo. Acabaron con la canción ‘Ghost’ (‘Obsidian’, 2020), despidiéndose, de un reencuentro con bastante de su público allí presentes, en un cartel, que esperemos sea el referente del metal y el hard rock más poderoso, de cualquier época y estilo, en los próximos años.

Leo Jiménez, cerraría en el escenario principal del ‘Sun stage’, ya rebasada la hora de las brujas. Si Paradise Lost, se despidieron con las susodichas revoloteando, con sus escobas, Leo tuvo el difícil reto, tras estos dos cabezas de cartel internacionales y leyendas de sus respectivos géneros seminales del metal, de dejar el pabellón de rock estatal bien alto. Y como siempre, destacó en su saber estar en el escenario y haciendo brillar sus fantásticas cualidades vocales, estupendamente arropado por una banda compuesta de músicos de muy alto nivel.

En plena gira de presentación del disco ‘30 años tras el Apocalipsis’, hizo gala de todo su potencial y registros vocales, sólo reservado para unos pocos privilegiados del Olimpo del metal.


LEO o también conocido como ‘La Bestia’, brilló con talento y una frescura inusual, para las altas horas que había en juego. Su experiencia, extensa trayectoria y legado, así le avalaron. No en vano, lo hemos podido disfrutar a lo largo de muchos años, en formaciones como Krysalida, Al Borde, Saratoga, Stravaganzza o Supra, proyectos, algunos vigentes aún, en los que dejó su imborrable sello, como una de las voces destacadas del Heavy Metal y Rock duro estatal. Y como se suele decir, quien tuvo retuvo y probablemente, sea una de las gargantas del heavy patrio de mayor recorrido, trabajo duro y aún más batallas por resolver, en donde dejarse la piel, que diría la canción. Y hablando de piel, y aunque en un país que a veces no perdona el talento, al revés, lo persigue y encima tiende a ‘derribarlo’. Yo he sido testigo, como con dignidad y valentía, se levantó ante adversidades y al final la constancia y el genio, tienen su recompensa. La mejor medicina contra la incomprensión, es la valentía y Leo es valiente y constante. Eso es muy de admirar.

Eihwar, fue la banda encargada de cerrar la jornada, en el ‘Thunder stage’, coronando el castillo y una jornada muy intensa, pero no exenta de inmejorables actuaciones. Que dejaron a todos los asistentes con ganas de más, a pesar de la ola de calor y el cansancio acumulado de un ir y venir constante, en la medida de lo posible, que nos iba acompañando el físico. Pero que le vamos a hacer, los rockeros tienen pilas para rato y no hay mejor avituallamiento, que reponer fuerzas, un pequeño o gran refrigerio y eso sí, la música que no falte, que es sanadora y lo cura todo.

Desde la Occitania francesa, se presentó el duo Eihwar. Descargando su fresca propuesta de mezclar electrónica con ritmos metálicos y folks. Una línea ‘folkie’ que se presuponía inmejorable, para la ocasión tan fiestera que habría de suceder. Pero, sin lugar a dudas, fue un gran broche de oro. Y que, por no querernos perder, ni una micra de la actuación, perdimos hasta el bus de vuelta y las consiguientes horas de sueño. Menos mal, que había lanzaderas, y qué son al fin y al cabo dos horas de sueño, más o menos. Cuando hay tantísimos artistas y de tanta calidad, mostrándonos y deleitándonos con su arte. Al menos compensa tanto trabajo y esfuerzo, muchas veces, incomprensiblemente no valorado. Pero ya se sabe, la música es sanadora y en un ambiente tan festivo y singular, hay que seguir luchando y apoyando, en la medida de lo posible, para que tengamos la oportunidad de seguir disfrutando de futuras secuelas y eventos como el que nos ocupa.

Hasta aquí, nuestro primer ‘diario de a bordo’, para el medio más longevo en la lengua de Cervantes, en la red de redes, La Factoría del Ritmo. Agradecer a Florián Manuel Pérez Sánchez y resto de ‘compas’, por estar siempre al quite y ojalá, en este año de celebración (30 años en Internet), podamos seguir poniendo picas en Flandes como antaño, a pesar de los pesares y dificultades que van surgiendo con el tiempo. ¡Qué la fuerza del Rock nos acompañe, aúpa!

Texto: Ferri // Collector’s Series DIY

Fotos: Mabe Navarrete // Neave Visual Art   

Para La Factoría del Ritmo, celebrando el 30ª Aniversario desde su primera publicación en 1995. 


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